Cuando Merle Greene Robertson y Khristaan Villela llegaron al Viejo Chichén, en junio del año 2000, esperaban poder calcar un puñado de nuevas esculturas en relieve que el arqueólogo Peter Schmidt del Proyecto Chichén Itzá había descubierto. Recordaban el Viejo Chichén de visitas previas como un lugar de importancia relativamente menor y poco visitado en el contexto del sitio mayor de Chichén Itzá. Esta fotografía muestra la entrada al Grupo de la Serie Inicial en 1998. El área oscura que se ve al final de la vereda es la puerta del Templo de los Falos.